El emprendimiento social es aquel que llevan a cabo individuos, empresa u organizaciones, con o sin ánimo de lucro, cuyo objetivo principal es un fin social.

El emprendedor social utiliza todas las técnicas habituales de un negocio, las estrategias de mercado y la generación de beneficios para conseguir un cambio social.

El eje central de estos negocios es crear un valor social. Para ello, enfocan su práctica empresarial, sus recursos y sus beneficios para la consecución de dicho fin.

El emprendimiento social puede enfocarse para la consecución de cualquier objetivo social o medioambiental que se fundamente en la consecución de una sociedad más justa o la protección del medioambiente y mejora del entorno.

Tipos de empresas sociales

Si atendemos al grado de filantropía o de enfoque en los beneficios económicos, podemos distinguir 3 tipos de emprendedores sociales:

  1. Las empresas no lucrativas o filantrópicas, en las que se enmarcan, por ejemplo, las ONG, fundaciones, asociaciones, etcétera, que suelen obtener la financiación de donaciones o subvenciones y no reparten beneficio alguno. Todos los ingresos generados revierten en la propia empresa y en la sociedad.
  2. Empresas híbridas que serían aquellas en las que se combina la creación de valor social y económico. En este tipo de organizaciones, aunque su prioridad es conseguir el valor social, llevan a cabo actividades económicas que les repercuten ingresos económicos.
  3. Empresas socialmente responsables. En este apartado se sitúan todas las empresas tradicionales cuyo objetivo principal es el económico pero que destinan parte de su beneficio a entidades sin ánimo de lucro o con fines filantrópicos.

Dónde nace el emprendimiento social

El emprendimiento social nos muestra una nueva forma de entender el mercado. Una nueva manera de comprar, viajar o contratar servicios donde cada transacción tiene, además de su valor comercial, un valor social. El conocido como “consumo consciente” sigue en aumento. De hecho, según el 3er estudio elaborado por Marcas con Valores, el 82% de los consumidores dice admirar a las personas que consumen con conciencia. Especialmente entre los más jóvenes.

El concepto de emprendimiento social se remonta al siglo XIX, cuando se comienza a hablar de economía social. Este concepto, se comenzó a utilizar en aquellas empresas en las que las personas, además de cumplir un objetivo financiero, lo alcanzan sin explotar a otras y sin destruir el medio ambiente.

Será la crisis económica mundial de los años 70 y el auge del autoempleo tras la misma cuando se acuñe definitivamente el término de emprendimiento social como lo conocemos hoy día. Desde entonces ha ido evolucionando y creciendo exponencialmente.

Actualmente, en España existen unas 43.000 empresas sociales aproximadamente según un estudio encargado por la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo. Estas empresas son responsables de más de 2,2 millones de puestos de trabajo directos e indirectos; y supone un volumen de negocios del 10 % del PIB nacional.

¿Cuáles son las características básicas de las empresas sociales?

Las empresas sociales, además de servir a los intereses sociales y medioambientales de la comunidad, son innovadoras en cuanto a los productos o servicios que ofrece incluyendo, además, entre sus empleados a los miembros más vulnerables de la sociedad. Con todo ello, contribuyen a la consecución de objetivos sociales, a la cohesión social y a la reducción de desigualdades.

Según la Comisión Europea, una empresa social debe cumplir una serie de requisitos o condiciones como:

  • tener un objetivo social explícito y primordial,
  • marcar límites en la distribución de beneficios o activos,
  • ser independientes,
  • tener una organización y gerencia integradora.

Tendencias en el emprendimiento social

En cuanto a las tendencias actuales de los emprendedores sociales a la hora de desarrollar un proyecto cabría destacar el sector tecnológico y la innovación aplicada a la tecnología.

Emprendimiento social y tecnología

emprendimiento social e-healthEn el ámbito de la tecnología destacan:

  1. Los proyectos enmarcados en la mejora y agilización de la asistencia sanitaria también conocido como e-health.
  2. El desarrollo de equipos electrónicos y aplicaciones orientadas a la atención sociosanitaria y la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de dependencia.
  3. Los aplicativos y funcionalidades relacionados con las smart cities que buscan la mayor eficiencia de los recursos disponibles mejorando la calidad de vida de los ciudadanos de una forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
  4. La aplicación de la identidad digital para el ahorro en tiempos y costes a la hora de realizar trámites ayudando a la accesibilidad por parte de las personas con alguna discapacidad y a la mejora medioambiental gracias al ahorro en papel y energía.

Emprendedores sociales y el entorno rural

El desarrollo de las economías rurales y la diversificación del primer sector suponen también una línea de innovación para el emprendedor social. Así se enmarcan en este ámbito:

  1. Los proyectos de turismo rural eco-sostenibles que buscan la regeneración y puesta en valor de zonas “vaciadas” de población.
  2. Las innovaciones en agricultura y pesca que permiten continuar con la labor de aprovisionamiento a la población de una forma respetuosa con los recursos disponibles, justa con la mano de obra que la desarrolla y que permite un comercio justo de los productos básicos.
  3. Los proyectos dirigidos a la reforestación de zonas en peligro, educación ambiental, talleres participativos, etcétera.

La cultura en el emprendimiento social

Las actividades culturales y el fomento de las mismas forma parte indispensable del desarrollo “saludable” de una sociedad. En este sentido, cada vez son más las iniciativas dirigidas al fomento de la cultura:

  1. Aplicaciones y plataformas digitales de contenidos culturales.
  2. Desarrollo de herramientas tecnológicas que permiten acercar la cultura a zonas geográficas de difícil acceso o en situaciones especiales como el confinamiento de la población vivido a nivel mundial por la crisis sanitaria del COVID-19.
  3. La creación y puesta en marcha de formas y formatos culturales como los audiolibros, los eventos culturales de reducido formato (en viviendas particulares o por pedido)…
  4. El desarrollo de herramientas para la financiación de proyectos culturales como el crowfounding…

La eficiencia energética

Por último, destacan también los proyectos de emprendedurismo social cuyo objetivo, siendo en líneas generales la mejora y conservación del medio ambiente, se centran en el desarrollo de proyectos para la mejora de la eficiencia energética.

En este sentido no solo se incluyen todos aquellos emprendedores cuyos proyectos se fundamentan en la utilización de fuentes de energía renovables sino, también, aquellos que buscan la optimización de recursos y las sinergias que permitan alcanzar un mejor rendimiento de los recursos disponibles.

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