Coincidiendo con el mes del Orgullo, queremos dedicar el artículo de este mes a hablar sobre la diversidad afectivo sexual en las personas mayores. Las personas gais, lesbianas, bisexuales, transexuales o intersexuales se enfrentan cada día a situaciones de discriminación, que pueden agravarse cuando se encuentran en situación de dependencia, afectando a su atención en centros especializados, en servicios sociales o, incluso, sanitarios.

Uno de los efectos de esa discriminación es la “invisibilización” que se agrava aún más en el caso de las personas en edad madura. Por esta razón, la Asociación 26 de diciembre lleva 10 años trabajando por la dignificación y el cuidado de los mayores LGTBI.

Una juventud marcada por la postguerra y la dictadura

La época histórica en la que vivieron su desarrollo y madurez afectivo sexual nuestros mayores está marcada por la postguerra y la dictadura. La Ley de Vagos y Maleantes, modificada en 1954 por la dictadura franquista para incluir en ella a las personas homosexuales, consideraba la diversidad como una conducta antisocial a perseguir. Ley que fue sustituida en 1970 por la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social en la que se seguía igualando la homosexualidad con el tráfico de drogas, el proxenetismo o el vandalismo. El 26 de diciembre de 1978, fecha de la que toma nombre la Asociación 26D, se modificó dicha ley para que se dejase de aplicar a los homosexuales.

A pesar de este avance en los derechos y el reconocimiento social de la diversidad afectivo sexual, avances que hicieron a nuestro país pionero en el mundo al reconocer el matrimonio y la adopción en familias LGTBI, la invisibilidad en la que viven actualmente los mayores homosexuales nos obligan a seguir trabajando para su total atención.

diversidad y mayores

La diversidad sexual en los mayores

En nuestra sociedad convivimos con un gran número de estereotipos que llegan en ocasiones a convertirse en formas discriminatorias. En el caso de las personas mayores, este tipo de estereotipo o discriminación por la edad, es lo que conocemos por edadismos o ageismos.

La negación de la conducta sexual en las personas mayores, a las que consideramos como “asexuadas” negando parte de su personalidad y humanidad es una de ellas.

Según la OMS: “«La sexualidad humana es una dimensión del ser humano presente a lo largo de toda la vida y que tiene que ver con la identidad propia. Basada en el sexo, incluye el género, las identidades de sexo y género, la vinculación afectiva y el amor, así como la reproducción. Se experimenta o se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, roles y relaciones interpersonales. Siendo el resultado de la interacción de factores biológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.

La sexualidad forma parte de nuestra vida y nuestro desarrollo como individuos por lo que nos acompaña también en la edad adulta.

diversidad y mayores

La orientación sexual o la identidad de género no determinan diferencias en la forma de vivir y en el día a día de las personas. Por esta razón, el principal problema al que se enfrentan las personas heterosexuales, gays, lesbianas, transexuales, bisexuales o intersexuales cuando llegan a determinada edad es la soledad. Una soledad que, en el caso de los mayores LGTBI se ve agravada por la prohibición que hasta hace poco sufrían para poder formar una familia. Muchos de estos mayores han sufrido, además, el propio rechazo de sus familias de origen: padres, hermanos, cuñados…

Si bien es cierto que algunas personas convirtieron ese rechazo en una libertad de “ataduras” que le aportaban una mayor independencia e individualidad, llegados a la vejez, cuando surgen problemas de dependencia o asistencia socio-sanitaria, el problema vuelve a estar presente.

Hay mayores que reconocen su temor a ser atendidos en residencias, asistencia social o sanitaria de forma diferente por reconocer su diversidad sexual. “El temor a ser mal atendidas, de forma poco comprensiva y poco respetuosa” hace que sean reacios a acudir  a las instituciones. Según afirma Marina García Albertos en la Revista Prisma Social nº21 sobre Envejecimiento y Género.

La construcción de residencias especializadas en las necesidades de los mayores LGTBI es uno de los objetivos que persigue la Fundación 26 de diciembre. Sepamos más de ella:

La Fundación 26 de diciembre

Este es el objetivo principal de la Fundación 26D: “Trabajamos para crear programas de Atención Social, Sanitaria y Psicológica con los que abordar las necesidades básicas y de primer orden de este colectivo invisibilizado por la sociedad.” Palabras de Eduardo Mendicutti, Patrón y miembro de la Fundación.

Teniendo como meta “la creación de un Centro Residencial Especializado en mayores LGTB, no exclusivo, que sirva cubrir sus necesidades tanto físicas, psicológicas y emocionales como sociales”, esta asociación trabaja por la visualización del colectivo de Mayores LGTBI. Para ello buscan la construcción y el fomento de espacios físicos y sociales, así como actividades e iniciativas, para el ejercicio del ocio, la cultura o los viajes de estas personas. Y, por supuesto, velando en todo momento por el logro de los derechos y la dignidad de los mayores.

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